Reflexología Podal

Orígenes e historia de la Reflexología podal

Si retrocedemos hasta la prehistoria podemos observa el claro ejemplo del hombre que al andar descalzo estimulaba constantemente, sin saber y de modo natural, las zonas reflejas de su pies.

Hace unos 5000 años, en culturas tan antigua como la egipcia y la hindú, ya utilizaban esta técnica, presionaban los puntos reflejos de los pies para curar y aliviar las dolencias cotidianas de la vida.

Se han encontrado restos arqueológicos de pintura y jeroglíficos, así como de tumbas egipcias en las que se aprecian hombres dando y recibiendo masaje en los pies y manos.

Otras civilizaciones, como son de los indios Cherokee, han dado mucha importancia al equilibrio físico – psíquico – espiritual, haciendo de estás técnicas un acto sagrado.

Mucho más cerca en el tiempo, en 1916, el Dr.Fitzgerald expuso en público su tratamiento «Terapia Zonal», donde planteaba propuestas y recomendaciones terapéuticas para médicos, especialistas en ginecología, odontología…

Fue el primero que definió lo que hoy se conoce como las zonas Fitzgerald, que consiste en dividir el cuerpo de manera longitudinal en 10 zonas o canales de energía por donde circula la energía vital de ser humano.

Estas líneas llegan hasta las manos y los pies, pudiéndose trabajar un dolor foto localizado ejerciendo presión en un punto concreto del cuerpo. Esta presión va actuar en la misma área en que se encuentre situado dicho punto de la molestias.

Otro nombre importante es la Doctora Ingham, autora de libros como:

• Historias que los pies podrían contar
• Historias que los pies han contado

Es muy importante nombrar a Hanne Marquardt, autora del libro:

#Praktisches Lehrbuch der Reflexzonentherapie am Fuss# (Hippokrates Verlag,Stuttgart)

La técnica de la Reflexología Podal, tal y como se practica hoy en día en Europa, es posible gracias a la constante dedicación que ha empeñado Hanne Marquardt desde hace 40 años.

Hanne Marquardt ejerció en los años 50 como enfermera en Inglaterra. Después se formó como masajista diplomada en Alemania. En los años 60 continuó su formación como Naturopata. En los años 70 se fue a los Estados Unidos a estudiar con la doctora Eunice Ingham. Después desarrolló la Reflexología podal actual a lo largo de muchos años de práctica como terapeuta y profesora. En los años 80 creo 14 escuelas en Alemania y en otros países.

Hanne Marquardt ha demostrado el Valor de la técnica de las zonas reflejas de los pies.

En España Frederic Vinyes fue quien introdujo esta técnica manual.

La Reflexología se basa en el tratamiento de las zonas reflejas; esto se consigue ejerciendo manipulaciones concretas, por lo general con presiones, en el pie donde diferentes puntos de cuerpo se encuentran, con el fin de atenuar o activar las funciones de nuestro organismo.

En este grupo de técnicas manuales podemos encontrar la auriculoterapia (técnica dedicada al estudio de puntos reflejos en el pabellón auricular), la iridología (a través del estudio y la observación del iris), así como también encontramos zonas reflejas en la nariz, manos, cara, etc.

La Reflexología podal es una de las técnicas más destacadas ya que hoy en día contamos con numerosos estudios e información para poder acercarnos mucho más a fondo a todo lo que rodea esta técnica milenaria.

El objetivo es prevenir posibles desajuste que bien ya se han hecho visibles, o bien que la persona es propensa o tiene debilidad de un órgano determinado y por medio del dolor, como lenguaje a usar, detectamos en un punto correspondiente un desequilibrio a tratar.

La finalidad es conseguir re-equilibrar la disfunciones tanto de los distintos órganos como de los tejidos del cuerpo y regular las funciones del organismo en su conjunto.

Si tenemos en cuenta que en la corteza cerebral la extensión del área sensitiva que corresponde a los pies es bastante más amplia que por ejemplo la que pertenece a los brazos, piernas etc., comprendemos que los pies son una de las partes de nuestro cuerpo que más grado de sensibilidad poseen.

Además debemos tener en cuenta que los pies son los grandes olvidados del cuerpo, ya que apenas le prestamos la atención que se merecen.

Ellos son los que nos «soportan» todo los días, al caminar, los nos sirven de apoyo y hacen que nuestro cuerpo se mantenga en el equilibrio, es por lo que hay prestarles más atención.

¡La que se merecen!

Los beneficios son tantos, que se aconseja ir descubriendo de las propias sensaciones y cambios observándolos en uno mismo.

A parte del efecto preventivo que comentábamos con anterioridad, hay múltiples efectos internos tanto a nivel físico – psiquico – emocional, como visceral.

También a nivel externo hidratamos la piel y conseguimos aumentar un efecto de relajación inmediata en toda la musculatura del cuerpo.

El flujo sanguíneo aumenta, con lo mejoramos la circulación considerablemente.

Reduce el estrés, relajando el sistema músculo- esquelético y se activan todas las funciones vitales.

En definitiva impulsa una mejora de un estado general de salud, fortalecer el sistema inmunológico de resistencia a enfermedades, robutecerse de energía joven y para protección contra tensiones físicas y mentales, que son el origen de la mermar de la salud.

Antiguamente el hombre andaba descalzo y proporcionaba así un continuo masaje natural, capaz de pulverizar toda la acumulación de pequeños cristalitos, depósitos de calcio sustancias tóxicos de deshecho (Catabolicas) que pueden haberse formados en las terminaciones nerviosas o vasos sanguíneo de los pies.

Los pies, en particular, son zonas de depósito por ser el punto final de la circulación y la sangre tiene que ascender desde allí en contra de la fuerza de la gravedad.

Las sustancias químicas y artificiales presentes en productos alimenticios, la dieta inadecuada, la contaminación, las tensiones, la vida sendendaria y el estrés de la vida moderna incluso cierto tipo de calzados junto a una gama amplia de elementos tóxicos que continuamente asimilamos, todo ello contribuye con el tiempo al deterioro progresivo de la salud.

La intención de manipular los pies es dar la vuelta de todo los sistemas del cuerpo a un estado de equilibrio u homeostasis, a su armonización y regulación energética.

Para tener una circulación sanguínea sana, poder fluir libremente y así proveer a las células, tejidos y órganos de elementos nutritivos (sustancias anabólicas) oxígeno, hormonas, anticuerpos y a la vez recoger los productos de deshecho (sustancias Catabólicas) del metabolismo evitando así el estancamiento .

• Asma
• Ansiedad
• Apoplejía
• Artritis
• Ardor de estómago 
• Dolor de cabeza
• Dolor de garganta
• Ciática
• Cervicales
• Depresión
• Diabetes
• Dermatitis 
• Epilepsia
• Enfermedad de     Parkinson 
• Estreñimiento
• Enfermedad de Méniére
• Esclerosis Múltiple 
• Fatiga
• Hemorroides
• Hipertensión
• Hiperactividad
• Hombros doloroso
• Infertilidad
• Parálisis
• Prostatitis
• Psoriasis 
• Síndrome colón irritable 
• Sinusitis
• Resfriado común 
• Recuperación del Parto
• Regular la menstruación 
• Lesiones Musculares
• Mejorar Memoria
• Menopausia
• Osteoporosis

Durante la sesión o después pueden aparecer reacciones del cuerpo.

Todo esto son repuestas del organismo ante un estímulo nuevo al que no está acostumbrado.

Es el lenguaje que tiene el cuerpo para comunicarnos que está entrando en la fase de regulación o re – equilibrio.

Es importante no asustarse y observar los cambios en el organismo y en el estado de ánimo.

• Infecciones agudas
• Inflamaciones del sistema venoso o linfático: flebitis, trombosis, o simplemente varices tortuosas
• Aneurisma (dilatación de vasos sanguíneos)
• Heridas abiertas, hongos
• Personas que hayan sufrido angina de pecho o infarto (dejar un período de 3-6 meses)
• Embarazo (3-4 primeros meses)
• Enfermedades que precisan un tratamiento quirúrgico de urgencia